“Hay dos tipos de pasiones: las que provienen de la mente dual, que ayudan por tanto a sostener los dramas, y las que se originan en el corazón, que permiten correr el listón de lo imposible más allá de lo imaginado.
La pasión que nace del corazón está impregnada de sus tres dones: poder, sensibilidad y sabiduría. Esto hace que nos propulse con energía, delicadeza, belleza y precisión, algo que meramente pensando no podríamos lograr. Cumplir nuestros sueños requiere de esta pasión, en ella encontramos los medios para convertir cualquier obstáculo en un nuevo trampolín en el que impulsarnos.
Andar la vida desde esta pasión es como respirar a cielo abierto … cada bocanada de aire es nueva. Encarnarla es sentir la libertad a cada paso. ¿Qué te parece ir en su búsqueda y habitarla cada día ...? He de advertirte que una vez lo haces ya no puedes vivir sin ella, porque comprendes que siempre ha formado parte de tu esencia.”
Autor: Carlos González
La Danza de la Vida
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