sábado, 27 de octubre de 2012

HISTORIA DE BUDA

Parte de la historia dice así:

Siddhartha Gautama nació alrededor del año 560 AEC (antes de la Era Común) en una familia aristócrata y próspera del clan shakya, en lo que ahora es Nepal, al norte de la India. Algunas tradiciones indican que su padre era el rey de los shakyas y, aunque quizás esto no sea cierto, desde un punto de vista histórico parece ser verdad que en su niñez y juventud Siddhartha tuviera una vida de opulencia. Probablemente era una existencia de lujos sin muchos límites: manjares, ropa elegante y muchos sirvientes, lo cual, en el contexto de la India de los Himalayas de ese entonces, era semejante a un paraíso terrenal. A pesar de todo él no era feliz. Los placeres que lo rodeaban solo servían para que contactara con la insatisfacción y para provocarle un intenso deseo de encontrar algo que tuviera un sentido más profundo.

Así, vivía confinado entre los muros del gigantesco palacio donde sus padres habitaban y donde todo parecía perfecto y armonioso. Se casó, tuvo un hijo, y solo conocía los placeres y delicias de la vida.

Sin embargo, cuando cumplió 29 años, pidió cierta noche a uno de los guardas que lo llevara hasta la ciudad. El guarda se opuso, ya que ello podía enfurecer al rey, pero Sidarta insistió tanto que el hombre terminó por ceder, y los dos salieron.

Lo primero que vieron fue un viejo mendigo, de mirada triste, pidiendo limosna. Más adelante encontraron un grupo de leprosos y a continuación pasó un cortejo fúnebre. "¡Nunca había visto esto!" debió comentar con el guarda, quien posiblemente replicó "Pues se trata de la vejez, la enfermedad y la muerte". De regreso al palacio, se cruzaron con un hombre santo, con la cabeza rasurada y cubierto apenas con un manto amarillo que decía: "la vida me aterroriza, por eso renuncié a todo para no tener que reencarnarme y sufrir nuevamente la vejez, la enfermedad y la muerte".

Buda descubrió las realidades de la vida y creo que deberíamo también mirar esa enseñanza y reflexionar si estamos preparados para afrontarlas. Una cosa es saberlas y otra cosa es hacer algo al respecto.

1. Vejez
Cuando hablamos de la vejez a las mujeres se les paran los pelos. A nadie le gusta envejecer pero sucederá. ¿Qué vamos a hacer? ¿Sabías que estás envejeciendo cada segundo de tu vida? Pero la gente solo piensa en la vejez cuando la piel se arruga y el pelo se pone blanco. ¿Como será nuestra vejez?

Cuando pienso en la vejez lo que pienso es en como voy a llegar a ella, con ¿honor o deshonra? La manera en que se llegue a la vejez se determina durante nuestros años de juventud. Una vejez honrada es la que el anciano puede mirar hacia atrás en su vida y no sentirse avergonzado. Una vejez honrada es la que el anciano puede vivir tranquilo de que aportó algo a la sociedad o al menos hizo algo bueno por alguien durante sus años productivos.

Prepararse para la vejez también envuelve el tomar decisiones económicas sabias. No hay nada peor que vivir en la vejez lleno de deudas o no haber acumulado algo de capital. Vivir los últimos años de la vida endeudado debe ser algo difícil. Es por eso que debemos tener en cuenta que hay que acumular ahora. Asegurarse de tener un buen retiro. También es necesario pensar en nuestros hijos y procurar no serles una carga durante nuestra vejez.

2. Enfermedad
Cuando hablamos de enfermedad podemos pensar desde un catarro hasta un cancer. Las enfermedades llegan sin aviso y entre más se envejece más propenso se es a enfermar.

Si se va a preparar contra la enfermedad lo primero es prevenir. Vivir saludablemente velando lo que se come y el estílo de vida. Pero la enfermedad nos azotará en cualquier momento así que es bueno estar preparados económicamente. Hace poco uno de mis hijos enfermó y tuvimos que pagar cientos de dólares en medicinas porque el plan médico no las cubría (Maldita se First Medical). Si no hubiesemos tenido algún dinero guardado no hubiesemos podido comprar las medicinas o tendríamos que correr a pedir prestado.

Mientras se está enfermo lo único que se puede hacer es esperar y seguir las instrucciones del médico. Hay gente que no sigue instrucciones y empeoran o no sanan debidamente. El médico es nuestro mejor amigo en momentos de enfermedad y hay que hacerle caso. Tómese las medicinas a tiempo y siga las instrucciones para que sane más rápido.

3. Muerte
La muerte vendrá. La muerte está detrás de la oreja y no importa la edad tomará a quien tenga en su mirilla. Hace varios años atrás una amiga de la familia murió súbitamente a la edad de 32 años. Nadie se esperaba eso. ¿Qué se puede hacer para prepararse ante la muerte?

Lo primero es que vamos a dejarle a los que queden vivos. ¿Vamos a dejarle deudas o tranquilidad? Es penoso ver que una persona muere y por no haber tomado las precauciones adecuadas deja a su familia endeudada con la funeraria y los acreedores.

Es bueno tener un plan de emergencia para ese momento. Un plan económico. Por ahí hay compañías que venden seguros para saldar deudas en caso de muerte. Vale la pena acogerse a uno de esos. Hay gente que dice que no les importa lo que pase después que mueran. Son unos irresponsables. ¿Como yo voy a dejar a un hijo mío o a mi esposa endeudados solo porque yo no voy a tener la responsabilidad de pagar más por morir? Eso no es justo.
 
Publicación compartida de Gabriela Garcia, gracias
 
Un abrazo
 
Africa

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