miércoles, 19 de diciembre de 2012

AJNA "TERCER OJO"

"Intuición y discernimiento"
 
 
El sexto chakra Ajna o tercer ojo, se encuentra ubicado entre el nacimiento de la nariz y las cejas, en medio de la frente. Su representación, o yantra, está formado por un loto de dos pétalos con un círculo blanco.

Este centro energético alberga el pensamiento, la clarividencia y la conciencia. A nivel planetario, está relacionado con el Sol y la Luna y su color es el índigo.

Como decíamos, la forma del yantra es un círculo blanco con dos pétalos. Este chakra está muy relacionado con la percepción de otros planos, con la mente sutil que está más allá del funcionamiento de los sentidos.

También es popularmente conocido como el tercer ojo. Si nuestro sentido de la vista está formado por dos ojos que representan el Sol y la Luna, el tercer ojo representaría el elemento fuego.

como podemos adivinar dada su ubicación, este chakra rige todas las funciones cerebrales. Además, está relacionado con los cinco sentidos y con las funciones de las glándulas pineal y pituitaria.

Cuando tenemos este chakra en desarrollo o expansión nos aporta elevación de conciencia, lucidez y sabiduría, nos ayuda a eliminar el juicio y ver la vida con mayor discernimiento y clarividencia, ya que nos permite ver más allá de lo físico, todos los matices que se pueden percibir en otros planos. Por eso muchas veces se dice que es el centro de la visión interior y de la vida extrasensorial.

La percepción del cuerpo energético nos puede dar muchas pistas para saber donde residen la raíz de los problemas. Nuestro campo energético o aura, está formado por siete cuerpos que son desde mayor cercanía al cuerpo a menor:

*  1. Cuerpo etérico
* 2. Cuerpo emocional
* 3. Cuerpo mental
* 4. Cuerpo astral
* 5. Cuerpo del patrón etéreo
* 6. Cuerpo celestial
* 7. Patrón cetérico

Los cuatro primeros tendrán una personalidad inferior, y a medida que percibamos los cuerpos energéticos superiores observáremos que tienen una vibración más alta y estable. Normalmente la raíz de nuestros problemas está en el cuerpo etérico, emocional, mental o astral.

Cuando un problema llega a materializarse, ya sea un desequilibrio físico o emocional, primero ha tenido que atravesar estas capas energéticas que hay alrededor de nuestro cuerpo. Los terapeutas que son capaces de percibir estos campos energéticos, podrán acceder a mayor información sobre cómo se ha formado el bloqueo que intentan tratar.

Por otra parte, este chakra también es el centro de mando y el centro del conocimiento concreto. Nos permite realizar funciones como comprender una estructura abstracta o registrar en nuestra memoria, los elementos que aprendamos de una ciencia.

El tercer ojo está conectado con la pituitaria, es decir la hipófisis que es la que controla todas las demás glándulas. Esta glándula está conectada con nuestra intuición y con las artes de adivinación de grandes oráculos de la antigüedad como el de Delfos de Grecia. Es por ello que las mujeres que se dedican a la adivinación, se les llama pitonisas, por la relación con esta glándula.

Nuestro cerebro, ocupado por este chakra, se podría diferenciar en las funciones de sus dos hemisferios. El hemisferio izquierdo es el lógico-matemático, el pensamiento racional y el que gestiona la parte derecha del cuerpo por tanto gestiona nuestra parte material, nuestra parte masculina. Sin embargo el hemisferio derecho es el dedicado a la intuición y creatividad, al ámbito emocional y rige la parte izquierda de nuestro cuerpo que se corresponde con nuestro lado más espiritual y con nuestro lado femenino. El sexto chakra tratará de equilibrar ambos hemisferios para poder alcanzar esa clarividencia, esa sabiduría interna en la que vemos el mundo de una forma más equilibrada y sin dudas.

En este chakra también comenzamos a desarrollar de forma más consciente nuestra inteligencia emocional, equilibrando ambos hemisferios y ambas polaridades.

Muchas veces, al tener el sexto chakra algo debilitado o poco trabajado, podemos conectar con la duda y la influencia externa. En estos casos, todo el conocimiento y experiencias nos servirán para complicar las cosas, ya que tendremos más material sobre el que pensar demasiado y enmarañar nuestras teorías. La información que tengamos se convertirá en nuestro enemigo e irá tapando nuestra sabiduría interna.

La tendencia de este chakra será desarrollar una mente impersonal y que sea capaz de discernir a pesar de los patrones antiguos y limitantes, estereotipos que tenga. Los patrones energéticos y de comportamiento que tenemos, normalmente formando parte de nuestra herencia familiar, son lo que creemos de nosotros mismos o lo que creemos de la realidad. Por ello, al despertar la conciencia que aporta el sexto chakra, seremos capaces de diferenciar entre los patrones que ya tenemos y la nueva energía de ver la vida con una mayor clarividencia, sabiduría y sin limitaciones establecidas.

Cuando somos capaces de desarrollar nuestra intuición, nos dejamos guiar por ella y sabemos interpretar las señales del camino. Eliminamos los enganches emocionales que nos impiden avanzar, que nos distorsionan la realidad, vemos la vida en su conjunto y nos dejamos bloquear por los detalles discordantes, nos convertimos en personas más objetivas, sin miedos, prejuicios, estereotipos o patrones internos.

Muy relacionado con el despertar de estas cualidades internas, estaría nuestra vinculación con nuestros guías o maestros espirituales. A través de este chakra, nos abrimos a permitir más allá de lo físico, también podemos entrar en contacto con nuestros guías espirituales u otros seres no físicos que nos vayan dando pistas sobre cómo manejarnos en nuestra vida, por ello vamos alcanzando una mayor visión y clarividencia ante las cosas que ocurren a nuestro alrededor.

Igual que en nuestro quinto chakra tratábamos de expresar con libertad nuestra verdad, el sexto chakra nos ayudará a atrevernos a ver la verdad y a tomar decisiones basadas en ella. Cuando tenemos nuestro sexto chakra, activado, será más fácil alcanzar la coherencia de la que hablábamos en el quinto chakra y así poder entrar seguros a la hora de expresarnos. El tercer ojo despierta nuestra conciencia, nuestra voz interior, y nos invita a ponernos enfrente de la verdad y a actuar en consecuencia. Muchas veces nuestro hemisferio racional nos aferra a cualquier adicción con tal de no ver lo que el hemisferio emocional nos está diciendo a gritos.

Desde el tercer ojo nos damos cuenta de que estamos conectados a todo cuanto existe, tomamos conciencia de la existencia y percepción de ese inconsciente colectivo. Al desarrollar la objetividad y la conciencia simbólica nos vamos dando cuenta de que nuestras decisiones afectan al equilibrio del Universo ya que somos un engranaje de un sistema, y es como el efecto mariposa.

Texto extraído del libro:

Chakras, el camino del equilibrio
Almudena Martín e Irene Martín




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