miércoles, 19 de diciembre de 2012

SAHASRARA "CHAKRA CORONA"

"El reto de la multidimensión"
 
 

El séptimo chakra es la antena que nos conecta con lo divino, la parte de nuestro cuerpo físico más conectada con nuestro ser espiritual, nuestra energía YO SOY.

Su nombre sánscrito Sahasrara, significa miles de pétalos y está asociada al vacío, se representa con un loto de mil pétalos de los siete colores del arco iris, que nos muestra la capacidad del ser humano de canalizar las siete frecuencias en las que se descompone la luz, si ha logrado la realización espiritual.

La energía del séptimo chakra es la más sutil de todas, ya que es el lugar por el que entra la energía eléctrica procedente del cosmos, para convertirse en materia.

El séptimo chakra se define por su multidimensionalidad, si bien se mantiene conectado al cuerpo físico a través de la coronilla, tiene plena consciencia de lo extra físico.

Lograr el equilibrio en el séptimo chakra nos hace tener una visión holística de la realidad integradora, consciente de la unidad, de las siete leyes universales y de la misión espiritual del alma.

El séptimo chakra nos conecta con nuestro Ser, la energía Yo soy.Cuando logramos que todos nuestros chakras estén en equilibrio y que la energía de la Tierra llegue a nuestro séptimo chakra, y la cósmica baje hasta el primero, podemos trascender la identificación con nuestro cuerpo y con nuestra personalidad y entender que no es más que la manifestación en el momento presente de todo cuanto somos.

Nos encontramos conectados con nuestro Yo soy, a través de un canal de luz que sale de nuestra coronilla, pero el objetivo de nuestra alma es encarnarlo bajar a nuestro cuerpo físico, a través del sistema de chakras, toda esa energía y ser un ejemplo viviente de la energía divina aquí en la Tierra.

Pero en muchas ocasiones, aun siendo conscientes y trabajando esa conexión espiritual, no somos capaces de encarnarlo, pero sí podemos descargarnos la información, que vayamos necesitando, de ese banco de datos.

Cada vez que pensamos mentalmente de este gran banco de datos, y dependiendo del uso que le demos, esto puede ir a favor o en contra de nuestro potencial, ya que en muchas ocasiones nuestra autocrítica nos lleva a emplear esta energía en negativo, Yo soy un desastre, yo soy tonto/a.

Debemos entender que una vez que llegamos al séptimo chakra, los conceptos del bien y el mal están trascendidos, ya que son conceptos mentales, sólo válidos en la tercera dimensión, por lo tanto nuestro ser sólo recibe la orden, de descargar ese programa con su potencial de aprendizaje.

Del mismo modo que si soy consciente y elijo trabajar con esta energía en positivo, sólo tendré que tomar consciencia de lo que necesito y descargar la información para, que desde el plano más físico, obteniendo esa fuerza de mi parte extrafísica, poder superar las dificultades que mis chakras inferiores me proponen y convertir mi cuerpo en el vehículo perfecto para encarnar a mi ser.

Si estoy en un momento de alteración, puedo descargarme el programa Paz, repitiéndome a mi mismo 3 veces, Yo soy Paz, Yo soy Paz, Yo soy Paz, si tengo una crisis de identidad puedo repetiré mi nombre tres veces como manera de recordar mi misión del alma y así sucesivamente.

Este chakra, nos ayuda a conectar con la plena conciencia de lo que somos, tanto en el plano más físico como en el espiritual. De su mano podemos conectar con el reino de la certeza, que otorga una sabiduría que va más allá del conocimiento que podamos obtener en los libros o siguiendo a otros maestros.

El séptimo chakra nos propone el despertar del maestro interior, que es nuestro Yo Superior y encarnarlo aquí en la Tierra. Por lo que sí queremos llegar a sentir encarnadas en un cuerpo físico las realidades místicas que nos ofrece el séptimo chakra, debemos trabajar muy duro en nosotros mismos y en la limpieza de los otros seis chakras y en especial de los tres primeros.

Muchas personas malinterpretan la mística, pensando que si nos aislamos del mundo y nos vamos a vivir a la montaña y estamos meditando todo el día, alcanzaremos la iluminación. Cuando el verdadero reto que nos proponen los tiempos presentes, es el lograr la iluminación en el mundo en que vivimos.

Debemos entender que, antes de venir a la Tierra, escogimos un cuerpo físico, una familia y un lugar en el que nacer, porque era el escenario que nos daba las mejores oportunidades, para desarrollar las experiencias que desde un nivel de conciencia superior, habíamos escogido vivir en esa encarnación y por tanto, ¿no sería lógico pensar que es en este escenario en el que deberíamos iluminarnos?

Aunque repasemos primero cuál es nuestro concepto de iluminación, ya que no necesitaremos trascender el mundo físico para iluminarnos, sino que esto puede convertirse en un acto cotidiano, de ir expandiendo la conciencia más allá de sus actuales límites, hasta que tengamos la certeza de haber encarnado a nuestro Ser.

Esta iluminación se pone de manifiesto en la unidad, ya que aunque seamos conscientes de nuestras capacidades psíquicas, no necesitamos exhibirlas ante el resto y desde la humildad que nos otorga vivir en conexión con la parte divina, entendemos que la divinidad está en todo cuanto existe, y por tanto desarrollamos la conciencia crística, que comprende que todos somos iguales, y que mi divinidad es tan importante como la tuya, por lo que vivimos la vida, con gratitud,  honrando a todos los seres desde lo que son.

Un verdadero místico, es capaz de conectar con lo divino, pues ve la luz en todo cuando existe, sin preocuparse por lo oscuro que pueda estar.

Por lo tanto para lograr encarnar esta energía, no podemos huir en fantasías espirituales, debemos asumir la verdad y afrontarla, para limpiar el canal y poder ser quienes hemos venido a ser. Todos podemos hacerlo, pues todos somos maestros, sólo debemos ir identificando nuestra energía y trabajando en ella, podremos ir creciendo y tomando más consciencia de nosotros mismos.

El séptimo chakra es como una torre de control, que se encarga del manejo de todo el sistema, por ello rige nuestro sistema locomotor y nuestro sistema nervioso.

La energía que canalizamos a través de nuestra antena es de tipo eléctrico, energía yang, que nos da el impulso. Por ello si negamos esta energía, el impulso no llega a los músculos de nuestro cuerpo. Del mismo modo que si nuestros chakras superiores se encuentran muy abiertos, pero no tenemos una buena toma de Tierra, nuestro sistema nervioso se funde, y nos desconectamos de la realidad, por ello siempre debemos entender la iluminación como un equilibrio entre lo eléctrico y lo magnético, sin olvidar que es aquí donde hemos venido a hacer el trabajo y que cualquier experiencia que nos desconecte de la realidad, nos está negando la oportunidad de realizarnos en esta encarnación.

El séptimo chakra tiene la capacidad de ver más allá de lo aparente y tiene conexión con los guías y los maestros que pueden ayudarle a desenvolverse en su misión de alma aquí en la Tierra.

En la iconografía religiosa, muchos son los santos que están representados con una aureola, que es la manera en que sus coetáneos veían el aura de aquellos que habían conseguido elevar su energía hasta el séptimo chakra.

Este fue uno de los logros del maestro Jesús, que al igual que otros maestros,  logró encarnar en la Tierra su Yo soy y cumplir su misión de alma. De hecho, él nos dio el mensaje. Yo soy el camino, y muchos de nosotros en lugar de hacernos conscientes de que el camino era encarnar esa energía Yo soy, escogimos seguirle a él y a aquellos que se hicieron valedores de sus enseñanzas.

No debemos pensar en la iluminación como un acto, que sólo las personas muy espirituales, que realizan yoga o muchas horas de meditación y ayunos muy importantes, pueden obtener.

Como ya hemos comentado, cada uno tiene una frecuencia que es única e irrepetible y es esa frecuencia la que nos llevará de la mano a la iluminación, que no es más que una comprensión total del mundo en todas sus dimensiones, desde nuestra propia frecuencia.

Un artista puede realizarse y sublimar su encarnación a través de los cuadros y entender el mundo a través de la pintura, un matemático puede encontrar a Dios en sus fórmulas, no hay un camino para la iluminación cada uno tiene el suyo.

Tan sólo debemos permanecer conectados al Yo soy y no engancharse con las trampas del ego que como un buen maestro nos irá examinando para ver en que punto nos encontramos y cuanto de nuestro ser superior tenemos encarnado, ya que cuando logramos una conexión importante con nuestra esencia divina, ya no deseamos nada, ni siquiera iluminarnos, porque nos hacemos conscientes que el verdadero regalo es la vida, y sólo tenemos el deseo de Ser.

Texto extraído del libro:

Chakras, el camino del equilibrio
Almudena Martín e Irene Martín



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