domingo, 27 de enero de 2013

EJERCICIOS PRÁCTICOS

EQUILIBRANDO NUESTRO PRIMER CHAKRA

El mejor aliado para sanar y equilibrar cualquiera de nuestros chakras, es la conciencia, y sólo por habernos dado cuenta algunos aspectos a mejorar ya que estamos cambiando nuestra relación con este tipo de energía, no obstante, hay diversas técnicas que nos pueden ayudar a trabajar con este chakra.

Cada uno de nosotros tenemos una frecuencia distinta y un modo diferente de entender la vida, por lo tanto, tenemos que encontrar la manera de trabajar con nuestra energía que nos resuene, encontrar nuestra proia fórmula y desarrollarla de la manera más creativa y personalizada que nos sea posible.

Para reforzar nuestro primer chakra y anclar a tierra nuestra energía, siempre se recomienda hacer actividades que conecten con la fuerza vital y con las raíces.

Otra actividad que ayuda a recordarle al cuerpo ese anclaje y esa fuerza vital que debe recuperar, es cualquier tipo de ejercicio físico ya que activa nuestro cuerpo y facilita el flujo de las energias negativas, a las plantas de los pies.

Algunas asanas de yoga y la práctica de ejercicios taoístas y en especial del tao yin, pueden ser buenos aliados para nuestra toma de Tierra.

Ir al campo y estar en contacto con la naturaleza, recuerda a nuestro primer chakra la capacidad de enraizarse y eliminar por la planta de los pies todo lo que no esté en coherencia con lo que queremos en nuestra vida. Hacer una meditación en la naturaleza potencia ese sentimiento de vitalidad y de anclaje, de ubicación en el mundo.

El mero hecho de tumbarnos o sentarnos en contacto con la Tierra, ya nos ayuda a equilibrar nuestro sistema, y a que su energía magnética nos limpie y nos recuerde su conexión con ella, en la antigüedad, los seres humanos se encontraban mucho más conectados con la Tierra, porque sus formas de vida incorporaban la naturaleza, en la actualidad en las grandes ciudades, hay poco contacto con el mundo natural, cada vez estamos más aislados del entorno, caminamos poco y empleamos un calzado que nos aísla completamente del contacto con el suelo, por materiales que habitualmente no son muy buenos conductores de la energía.

En este caso concreto de las personas que no caminan con los pies paralelos, es muy recomendable el ejercicio del camino consciente. Para llevar a cabo este ejercicio se recomienda que escojan unos minutos al día/semana, en la medida de vuestra disponibilidad, y salgáis a caminar. Si realizais este ejercicio en la naturaleza se verán potenciados los resultados. Da comienzo tu camino, comienza la marcha poniendo toda la atención en la planta de tus pies. Primero, observa cual es la forma natural en que comienzas a caminar reparando en algunos detalles como estos:

* Posición de los pies: paralelos, ladeados dos los dos pies, ladeados el pie izquierdo, ladeado el pie derecho, etc.

* Apoyo de las plantas de los pies: apoyo de la planta al completo, apoyo completo, apoyo parcial (fíjate en la parte que mantienes sin apoyar), apoyo de todos los dedos de los pies o no, etc.

* Reparto del peso: observa si te apoyas más en una de las dos piernas o si repartes el peso entre las dos.

* Anclaje: siente si caminas seguro y dando un paso firme o si por el contrario caminas de forma débil y sinuosa.

Cuando más consciente seas de tu punto de partida y las señales que te esta dando tu cuerpo, más fácil será crear conscientemente la guía por la que quieres desarrollarte.

Una vez conoces todos esos detalles, intenta caminar, con los pies totalmente paralelos y con un paso firme y seguro. Al principio seguramente vayas más lento e inseguro, ya que irás fijando la atención en que tus pies avancen en la dirección, apoyo y posición correctos. En este ejercicio lo más importante es que tu cerebro le envie a tus pies la orden de modificar la postura para ayudarles a enraizarse, no importa que camines a un ritmo u otro.

Al fijar la atención en la planta de los pies y caminar conscientemente de la postura que queremos que adopten nuestros pies, también estamos expandiendo la señal al resto de nuestro cuerpo; teniendo así poco a poco una mayor sensación de fuerza vital, de estar cumpliendo nuestras metas e ir ocupando nuestro espacio en el mundo.

No hay un tiempo mínimo para realizar este ejercicio, siempre debe realizarse desde la libertad y horarios de cada uno. Cuanto más tiempo lo hagas, tu cerebro integrará mejor la orden hasta convertir esa postura en la natural que escoge tu cuerpo para caminar. También puedes probar a comenzar un día haciendo este ejercicio durante 5 minutos, e ir aumentando poco a poco el tiempo que le dedicas, para ir reforzando el aprendizaje.

Si durante el camino consciente, así lo sientes, contribuiría positivamente al ejercicio que repitieras mentalmente frases que te hagan sentir seguro/a y reafirmado/a por ejemplo:

* Yo escojo la forma en que camino por la vida.
* Yo siento mis raíces en la planta de mis pies.
* Camino de forma segura y firme.
* Miro hacia delante de forma consciente, certera y con confianza.

Si consigues crear las frases a tu medida que te hagan sentir de esa forma, será mucho más eficaz, ya que estarán diseñadas con tus códigos y con las palabras que necesitan para recordarte esa sensación de anclaje y seguridad.

Texto extraído del libro:

Chakras, el camino del equilibrio
Almudena Martín e Irene Martín

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