sábado, 13 de julio de 2013

SUPERAR EL CANSANCIO EMOCIONAL

El cansancio psicológico, que afecta más a las mujeres, tiene su origen en los roles sociales y las circunstancias de vida particulares. Ponerle fin depende de activar los recursos internos de auto-cuidado y respeto por los propios deseos.

El cansancio de tipo emocional se caracteriza por ser un proceso crónico de origen multi-causal cuyas consecuencias desafortunadamente, se suelen minimizar hasta hacerlas invisibles. Las personas que lo sufren no pueden seguir funcionando.

Existen tres tipos de cansancio bien diferenciados: Físico, Mental y  Emocional, aunque en este tipo de procesos conviven todos ellos, predominando uno más que otro según las circunstancias vitales de cada persona.

EL CANSANCIO FÍSICO, se caracteriza por el esfuerzo que comporta realizar cualquier actividad, especialmente por las mañanas y alteraciones de sueño, dolores de cabeza, dolores musculares, problemas digestivos, falta de apetito, o por el contrario comer de forma compulsiva. 

EL CANSANCIO MENTAL, comporta dificultades en la atención, la concentración, la memoria, problemas a la hora de focalizar una tarea o actividad y sensación de embotamiento.

EL CANSANCIO EMOCIONAL o PSICOLÓGICO, conlleva preocupación constante, desánimo, ataques de llanto, pesimismo e irritabilidad, que aparecen como consecuencia de hacerlo todo con un gran sobreesfuerzo.

¿Cuáles son las causas del cansancio emocional?

La más habitual es el estrés. El estrés es un mecanismo adaptativo que nos prepara para afrontar diferentes situaciones que percibimos como amenazantes o difíciles. Tiene que ver con lo más instintivo, con lo más primario: luchar o huir. El cuerpo desencadena una serie de reacciones físicas, cognitivas y emocionales en presencia de un estímulo que siente que lo pone en peligro o ante el que no sabe como responder. Este mecanismo está "diseñado" para funcionar durante un período corto de tiempo. Pero ¿qué sucede cuando el estrés se prolonga y se vuelve crónico? Se agota, se quema. Este mecanismo, que en su origen es funcional y positivo, desencadena una serie de consecuencias negativas y dañinas para nuestra salud y, sobre todo, para nuestra calidad de vida.

QUERER LLEGAR A TODO

Las mujeres somos especialmente vulnerables a este tipo de cansancio debido, entre otros muchos motivos, a una sobrecarga de roles y funciones. Es lo que se denomina "síndrome de la mujer maravilla" nos convertimos en una especie de supermujer que debe abarcarlo todo o casi todo y, además, hacerlo muy bien. Y el precio que pagamos es físico, mental y emocional, un cansancio que no se alivia durmiendo. Hay una extensa bibliografía acerca de la doble jornada de trabajo femenino, pero no ha frenado por ello el sufrimiento cotidiano de muchísimas mujeres. Aquí radica un punto fundamental del tema: al afrontar parte de la rutina, este cansancio se hace invisible, se aguanta, y se sigue adelante. Para muchas mujeres, vivir agotadas acaba siendo una manera de vivir, de relacionarse con los afectos. Cuando eso sucede, se vuelve todavía más peligroso, porque la resignación se apodera de ellas.

La falta de energía, la desgana y el negativismo no siempre son entendidos por el entorno, que suele emitir reproches y críticas, palabras que la mujer también se dedica a sí misma, los autorreproches. Con el tiempo, esta situación va minando la autoestima y el sentido de eficacia. Son mujeres que dicen, afectadas: "No puedo más", "Ya no hago las cosas como antes", "Tengo la sensación de que cada vez hago menos cosas..." Cuando hablamos de pautas de socialización femenina, nos referimos a aquello que se espera de nosotras, al "deber ser". Desde siempre se espera que las mujeres seamos "proveedoras emocionales" y, por lo tanto, cuidadoras permanentes en el ámbito familiar y doméstico, y también en el público. 

¿Qué pasa cuando la mujer siente que no tiene energía vital suficiente para seguir dando a sus hijos, a su pareja, a los padres y amigos, en el trabajo...? A todos los síntomas mencionados se agregan sentimientos de ineficacia y desesperanza.

DEDICADAS A LOS DEMÁS

Existe un porcentaje muy grande de mujeres que, fuera de su casa, también trabajana cuidando y asistiendo a otras personas. Médicas, enfermeras, psicólogas, asistentas del hogar, trabajadoras sociales, cuidadoras de ancianos, niños o personas con distintos tipos de enfermedades o discapacidad. En este ámbito, al cansancio emocional se le conoce como BURNOUT (ESTAR QUEMADA). Este término en inglés se usa para describir los estados de agotamiento emocional debidos a la demanda excesiva de energía, tiempo, soporte y cuidados vinculados a un área de la vida como podría ser la del trabajo fuera del hogar. Las personas que padecen este síndrome sienten que han agotado todos sus recursos emocionales y ya no les queda nada para los demás. Este agotamiento se va acumulando en el tiempo y actualmente es causa de muchas bajas laborales.

Hay pocos momentos del día en que las mujeres no se ocupen de otros. Por una parte, están los "otros" más próximos que pueden variar a lo largo de las diferentes etapas vitales. Por otra, existen "otros" en el trabajo, en el ámbito social, el voluntariado.

La novelista y filósofa francesa Simone de Beauvoir afirmaba:

"la existencia de la mujer se construye
 en torno al "ser para otros".

Desde la perspectiva de la socialización femenina tradicional, e natural que dedique gran parte de su tiempo, o casi la totalidad, a cuidar de mucha gente, de sus necesidades y demandas.

RECONOCER LAS CAUSAS

No podemos abordar el cansancio emocional desde el alivio de los síntomas físicos; es necesario un enfoque integral, que incluya los aspectos familiar, social y laboral. Cada día hay más mujeres que tienen una gran dificultad en relacionar sus "malestares" con las condiciones de vida que los causan:

* No expresar malestar, no reclamar, no pedir, no exigir, aguantar y esperar.

* Esforzarse en conciliar las necesidades del mundo familiar; las del laboral y las propias.

* Postergar o ver frustrados deseos, proyectos y necesidades.

* Estar aislada, ser victima de malos tratos diversos sin registrarlos como tales...

* Estar lejos de sus afectos, como les ocurre a las mueres que han emigrado y dejan a sus hijos en su país de origen.

Existen muchas otras situaciones que pueden ser causa directa de cansancio emocional, quizá tantas como experiencias particulares. Por esta razón, nadie mejor que quien lo padece puede discernir su origen y activar los propios recursos para ponerle fin.

ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN

El cansancio emocional crónico produce una especie de de anestesia, una desconexión profunda de nosotras mismas ¿Cómo podemos resolverlo?

* TRAZAR LÍMITES

El concepto clave es "autocuidado". Cada una se debe a sí misma estar atenta al propio cansancio, al hambre, al tiempo de ocio, a lo que nos hace bien o necesitamos. 

De ninguna manera lo podemos delegar en otras personas o tener la expectativa (errónea) de que los demás se darán cuenta de lo cansadas que estamos y de qué necesitamos.

* BUSCAR APOYO

Y al mismo tiempo contención en la familia o en el entorno cercano. El mismo agotamiento emocional produce un aislamiento que agudiza el proceso. 

El quid es estar y relacionarnos con las personas sin tener que permanecer pendientes de cuidar y satisfacer sus expectativas o necesidades.

ES NECESARIO UN ENFOQUE

Que promueva valores femeninos "alternativos", desarrollar capacidades que permitan elegir, tratarse con la misma dedicación que a los demás y crear espacios de placer y poder personal.

Autora: Corina Hourcade Bellocq
Psicóloga especialista en temas de salud y mujer.

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