lunes, 26 de septiembre de 2011

CLASES DE MUDRAS:



Mudra del Águila

Este mudra de llama "del águila" porque según la tradición a este animal se le entregaban los problemas y preocupaciones, para que se la lleve bien lejos volando.

Ayuda a relajarse y a dejar atrás las dificultades que no tienen solución. Apoyamos las palmas de las manos sobre las rodillas, los muslos o el suelo (según la postura corporal elegida). Los cinco dedos se extienden hacia fuera, bien separados los unos de los otros. El dedo anular y el dedo medio se juntan y levantan hacia arriba, tratando de que formen un ángulo recto con la palma.


Mudra de la Amistad
Este mudra combate la soledad y la sensación de aislamiento. No se trata de un mudra que atrae más amigos, sino que nos enseña a encontrar compañía dentro de nosotros mismos: nos ayuda a hacernos amigos de nuestro Ser interior Los dedos meñiques se enlazan. Las puntas de los dedos índice se tocan, formando una "V" invertida. La punta del dedo pulgar se apoya en la base del dedo anular. Los dedos anular y medio se doblan sobre el dedo pulgar.





Mudra del Amor
Este mudra estimula la circulación de energía positiva por todo el cuerpo y hacia el corazón,, creando sensaciones de felicidad, paz y amor. Hace brotar los afectos y aumenta el flujo de cariño hacia las personas que ocupan un lugar en nuestro corazón. Los dedos de las dos manos se entrecruzan sin doblarlos, apuntando hacia arriba. El pulgar izquierdo se apoya sobre el pulgar derecho. Se llevan las manos a la altura del pecho.


Mudra de la Calma
Este mudra nos sirve para aumentar la calma, y llevar la paz que hemos experimentando en el pasado a situaciones presentes que nos desestabilizan. Así, nos ayuda a encontrar la solución a estos problemas. Apoyamos los dorsos de las manos sobre las rodillas, los muslos o el suelo (según la postura corporal elegida). El dedo medio se apoya sobre la almohadilla de la palma, de donde nace el dedo pulgar. La punta del pulgar se apoya contra la punta del anular.



Mudra de la Contemplación

Este mudra ayuda a liberar nuestra mente de todo pensamiento, dejándola en blanco, suspendiendo toda instancia intelectual para que pueda concentrarse en la conexión con el Ser interno.

Facilita y potencia, entonces, la capacidad receptiva y contemplativa del ser humano.

El dorso de la mano derecha se apoya sobre el regazo. El dorso de la mano izquierda, sobre la palma de la mano derecha. ' La yema del pulgar izquierdo se coloca sobre la uña del pulgar derecho, formando una línea lo más recta posible.

Mudra de la Humildad

Este mudra es el gesto de oración más tradicional y fomenta la calma, la introspección y la conexión con la energía cósmica. La energía positiva que cada hemisferio cerebral posee puede circular de uno a otro más fácilmente gracias a este mudra, ya que las palmas juntas crean una especie de puente entre las mitades derecha e izquierda del cuerpo, que viven separadas. Las palmas se apoyan una contra la otra y se ubican a la altura del pecho. Las manos se ubican cerca del cuerpo, pero sin tocarlo.




Mudra del Placer

Este mudra recarga el organismo de energía nueva y vitalizante. Se gana aliento y brío, pero por sobre todo placer, porque se relajan las tensiones musculares gracias a la circulación de nueva energía. Las manos se llevan a la altura del pecho, sin que los dedos se toquen entre sí, con las palmas hacia el cuerpo. Los cinco dedos de cada mano se extienden horizontalmente. Las manos se ahuecan ligeramente.


Mudra de la Sabiduría

Este mudra purifica la mente al mismo tiempo que estimula la memoria, levanta el ánimo y mejora nuestra capacidad de concentración. Los dorsos de las manos se apoyan contra la rodilla, el muslo o el piso. La yema del dedo pulgar se coloca sobre la yema del dedo índice. Los dedos restantes se extienden en forma paralela al suelo.


Mudra del templo

Este mudra nos ayuda a obtener la energía y decisión necesarias para lograr nuestros objetivos. Es muy energizante, y no debe mantenerse por demasiado tiempo, o sino cargará demasiada energía en el organismo, que empezará a tensionarse. Se juntan las palmas de las manos.

Se doblan los dos dedos índices, cuyas puntas se apoyan una contra la otra. Se juntan los dedos pulgares, que se apoyan contra las dos puntas de los dedos índices. Se llevan las manos a la altura del pecho.

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