sábado, 24 de diciembre de 2011

EJERCICIOS DE MEDITACIÓN PARA PERDONARSE A UNO MISMO

EJERCICIO 1

Inhala profundamente llevando el aire a tu bajo abdomen y exhala otra vez como si estuvieras dejando salir todos tus problemas y preocupaciones del día. Empieza también a respirar lentamente llevando el aire a la parte superior de tu pecho, e imagínate que la parte posterior de tu cuello se está abriendo, creando un túnel a través del cual las energías pueden fluir hacia arriba a través de tu cuerpo hacia el cosmos, y desde el cosmos hacia abajo, a través de tu columna vertebral hacia tus piernas y tus pies. Esta visualización te ayudará a fluir con las energías de esencias divinas y creativas.

Luego, visualiza una luz en el centro de tu pecho, que es tu Centro del Corazón. Ve cómo esta luz se vuelve más y más brillante a medida que continúas inhalando y llevando el aire hacia la parte superior de tu pecho. Empieza a abrir tu corazón más y más, permitiendo que mayor cantidad de luz fluya hacia adentro y hacia afuera de este centro de amor divino. Imagina la luz más bella que tú puedas visualizar; puede ser blanca, dorada o cualquier combinación de colores que tú sientas que demuestra el amor que tienes dentro de tu corazón. Continúa con esta visualización hasta que sientas que has logrado centrarte dentro de ti mismo y que estás en paz contigo y con el mundo.

Ahora, imagínate que estás sentado o parado en el centro de un triángulo formado por rayos de luz dorada. Observa cuán brillantes y radiantes son estos rayos de luz dorada. Date cuenta de que estos rayos son de una vibración más alta que aquélla a la que tú estás acostumbrado, y siente la energía que te están transmitiendo mientras te encuentras sentado o parado en el centro de este triángulo.

Ahora, visualízate a ti mismo y observa los rayos de energía dorada que están saliendo de tu corazón y que se están uniendo a cada una de las puntas del triángulo. Ahora eres uno con el triángulo. Coloca en una de las puntas del triángulo la imagen de alguien a quien amas mucho, y le envías tus deseos de amor y paz, y siente cómo este amor se refleja alrededor del triángulo. Siente cómo cada partícula de luz dentro del triángulo y dentro de ti comienza a resonar con este amor. En otra punta del triángulo coloca la imagen de alguien o de algo a quien o a lo que le tengas mucho cariño. Puede ser tu mascota favorita, tu guía, la imagen de un ángel, o tu paisaje predilecto. Usa tu imaginación. Y permite que la misma resonancia de amor emane de tu corazón hacia esta esquina, y siente cómo la intensidad de todo el triángulo se eleva en vibración.

Finalmente, coloca la imagen de alguien a quien aún no hayas perdonado en la última punta del triángulo, y siente cómo la resonancia del amor fluye automáticamente hacia esta persona de alrededor del triángulo y desde tu corazón. Concéntrate una vez más en las primeras dos puntas del triángulo y permite que la resonancia del amor fluya automáticamente alrededor del triángulo y convierta así en un triángulo de amor.

Puedes hacer este ejercicio tan seguido como lo consideres necesario. El propósito de este ejercicio es el de elevar la vibración de cualquier energía que estés reteniendo en tu aura proveniente de otras personas y situaciones en tu vida y que tú todavía debes liberar. Este ejercicio es el principio para descubrir la Maestría; ya que los verdaderos Maestros transforman todas las energías en luz. Bienvenido al camino de los Maestros.

EJERCICIO 2


Para el proceso de perdonarte a ti mismo es recomendable la práctica de la meditación diaria, en un lugar donde puedas estar en silencio y no seas molestado por lo menos durante veinte minutos. Haz que este tiempo sea especial para ti; toca una música suave y relajante que te guste; quizá quieras encender algunas velas y prender incienso. Haz lo que tú consideres que te ayuda a estar en paz y centrado.

Cuando empieces esta meditación, manifiesta tu intención de estar dispuesto a liberar todo dolor, culpa y vergüenza de tu cuerpo y de tus sistemas energéticos, y llama a las Fuerzas de Luz en el Universo para que te ayuden en este trabajo de liberación.

Cierra tus ojos, tranquiliza tu respiración e imagina una luz blanca dorada brillante que entra en tu cuerpo a través de tu corona. Gradualmente lleva esta luz, con tu respiración, a cada parte y a cada célula de tu cuerpo, y visualiza cómo las energías densas y grises son liberadas y limpiadas por esta luz.

Finalmente, agradécete a ti mismo y agradece a la luz por la transformación que acaba de tener lugar.

Alejandra Bonfilio (ENID)

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