Tanto si los padres se sienten estresados como si lo están realmente, sus hijos tienden a comer más cantidad y más deprisa, lo que favorece el aumento de peso.
Elizabeth Prout-Parks, especialista en nutrición del Hospital de niños de Filadelfia (Estados Unidos), afirma que las principales causas de estrés entre los padres son las dificultades económicas, los problemas de salud y el llevar el hogar a solas al carecer de pareja.
CuerpoMente
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